Entre la costa y los recuerdos (El ramal de la costa, II parte: Defferrari – Coronel Dorrego) – enero 2008

Entre la costa y los recuerdos.

(El ramal de la costa, II parte: Defferrari – Coronel Dorrego) – enero 2008

Cuando Carmen propuso ir de vacaciones a Claromecó, el resto de la familia, Pablo, Martín y quien les escribe, estuvo de acuerdo. Este año le tocaba a ella elegir el lugar. Veníamos de varios años en Córdoba, por lo tanto un poco de mar no nos iba a venir mal.

En vacaciones, además de compartir el ocio con la familia, uno busca hacer lo que le gusta y por eso comencé a diseñar el itinerario fotográfico que iba a realizar. Si bien no soy un entendido en materia de ferrocarriles, soy un apasionado del tema y me gusta leer y averiguar. Por eso recordé la travesía que el amigo Gonzalo  había comenzado en 2001 por un ramal para mí desconocido, el que iba desde Defferrari hasta Coronel Dorrego, y que ni siquiera figuraba en mi mapa del ACA…  Y hacia él fuimos.

El plan era realizar todo el recorrido, dividiéndolo en dos partes. La incógnita era el estado de los caminos, ya que solo un tramo de la ruta 72 (que sigue el derrotero del ramal) estaba asfaltado, el resto es todo de tierra y según datos del amigo Claudio Gaut, quien reside en la zona y es integrante del foro Amigos del Sat3, hacía más de dos meses que no llovía…  ¡y cuánta razón tenía! …

El recorrido comienza desde el Balneario Claromecó, hermoso lugar del partido de Tres Arroyos.

Balneario Claromecó visto desde el Faro que lleva el mismo nombre, y cuya sombra se aprecia en la imagen.

Defferrari – Km.483,2 (Ex. F.C. Sud // Gral. Roca).

Inicio del ramal de la costa. Accedimos a este lugar por ruta provincial 72 hasta el pueblo de Energía y de ahí RP 75 hasta San Cayetano. Girando a la derecha y luego de 21 km llegamos por tierra a Defferrari.

Cartel de la estación con fondo celeste.

El nombre de esta estación proviene de Luis Defferrari, quien fue colonizador de gran parte de las tierras de esta zona del sudeste bonaerense y por supuesto, dueño de las tierras donde se emplazó el predio ferroviario. Antiguamente el nombre del lugar fue Cooper.

Al llegar con mi hijo Martín, comprobamos que en una de las viviendas lindantes con la estación vivía una familia, cuyo padre era miembro de la Policía Bonaerense, con patrullero en el “garaje” y todo. Esta gente muy amablemente nos permitió pasar a tomar fotos en todos lados, incluyendo la casa que habitaban.

Vivienda cercana a la estación, a cargo de una familia del pueblo.

Defferrari fue un importante punto ferroviario, ya que en sus vías se juntaban trenes procedentes de varios ramales (Tres Arroyos, Tandil, Necochea y Coronel Dorrego).

Al ingresar al edificio de la estación el panorama fue desolador… tierra arrasada…

Ruinas de la estación Defferrari… otra vergüenza ferroviaria.

La estación fue inaugurada en octubre de 1907, y tuvo categoría de primera, habilitada para pasajeros, cargas, hacienda, encomiendas y telégrafo. Existían amplios galpones para refacción y servicio de locomotoras.

En el lugar fueron construidas 30 colonias para el personal estable que tuviera familia, y también una casa para personal soltero y provisorio. Hacia la década del 50 se produjo el máximo esplendor del pueblo, con una colonia agrícola muy importante y casi 120 empleados ferroviarios.

 

Boletería, ahora al aire libre.

Vista del tanque de agua de la estación y el pequeño cobertizo donde estaba la bomba (ver en recuadro).

Nos vamos yendo de Defferrari despacito y pensando en todo el movimiento que habrá tenido en su época de esplendor, con trenes de cargas y pasajeros yendo y viniendo, obreros y personal ferroviario en plena faena y un pueblo con vida propia, que hoy se va apagando lenta e inexorablemente. Ultimas imágenes…

Otra vista del edificio principal de la estación y de su galería hoy inexistente.

Lo que queda del galpón de máquinas.

Tomamos la calle principal del pueblo y nos dirigimos al paso a nivel lado este, donde aprovechamos para fotografiar la señal doble y el empalme de vías hacia Tandil (ramal de Las Calaveras) y la que nos interesaba, hacia Coronel Dorrego.

Vista del empalme, hacia la izquierda (siguiendo los postes) se va a Estación Lumb, a derecha y junto al camino se ve el terraplén del ramal de la costa hacia Santamarina.

Señales dispuestas para el empalme.

Ramon Santamarina – Km.501,4 (Ex. .F.C. Sud // Gral. Roca.)

Luego de transitar 19 km por camino de tierra (o mejor dicho polvo), llegamos a Ramón Santamarina, situado dentro del Partido de Necochea. Pese a lo pequeño del pueblo, el mismo se presenta muy prolijo aunque se nota que su época de auge ya ha pasado.

Estampa del edificio de Ramón Santamarina.

Consultados los datos que brinda la organización Responde, el pueblo cuenta con 473 habitantes (censo 2001) y una tasa de decrecimiento de su población del 21,9% respecto al censo de 1991, lo que lo pone en la lista de pueblos en riesgo de desaparición. Cabe destacar que hacia el año 1940 la población ascendía a casi 3.800 almas.

Junto a esos árboles se encuentran los restos de lo que fue un galpón ferroviario.

El nombre del pueblo es en homenaje a Don Ramón Santamarina, empresario y hacendado que tuvo una gran participación en la formación de los pueblos de la zona.

La estación está siendo utilizada para guardar en su galería elementos utilizados para la cría de animales. Se han agregado construcciones al lado del edificio principal, y en lo que sería el andén del lado de Energía se construyó una escuela que aun no fue inaugurada, según nos comentó un lugareño.

Vista de la galería bastante bien conservada pese a la invasión.

El pueblo, fundado en el año 1910, nos sorprendió al enterarnos que es la Capital Provincial del Girasol, realizándose este año la 32ª edición de su fiesta.

Imagen de del tanque de agua y restos de uno de los postes que sostenían el cartel de la estación, seguramente roto durante la construcción de la escuela agrotécnica que se ve en la foto. Del otro cartel solo queda el armazón (recuadro).

Vista lateral del bello edificio de la estación Santamarina.

Energía – Km.514,3 (Ex. .F.C. Sud// Gral. Roca).

Salimos de Santamarina, recorrimos los 12 Km que nos separaban (por tierra) de la Ruta Nacional 228. En el camino todavía puede verse parte del terraplén y su correspondiente cerco de alambre, pero ni rastros de rieles, postes, señales, solo las bases de algunas alcantarillas y restos de unos puentes cercanos a la estación de Energía.

Muestra de uno de los pocos rastros que quedan del ramal en la zona.

Llegamos a Energía, nombre que deriva de la acción de Ramón Santamarina en la zona. La estación fue inaugurada en 1910, sobre tierras donadas por la familia Anasagasti, propietarios de un importante establecimiento rural que dio origen al asentamiento.

El edificio de Energía, con un descuido bastante evidente.

Al momento de llegar al lugar no se encontraba la familia que habita la estación, pero hablando con un vecino que vive en lo que queda de la vieja estación de servicio nos dijo que fotografiáramos todo tranquilos… y así lo hicimos.

La galería de la estación con algunos problemas en su techo.

La estación no cuenta con ninguno de sus carteles.

El pueblo tenía 80 habitantes hacia 1991, hoy según dichos del hombre de la “estación de servicio” en las construcciones que quedan en pie viven 6 o 7 personas.

Dependencia y sanitarios entre la vegetación que avanza.

Dejamos atrás lo que queda de Energía y tomando por RP 72, a 22 Km nos encontramos con Cristiano Muerto, la siguiente estación.

Cristiano Muerto – Km. 538,2 (Ex. F.C, Sud // Gral., Roca).

 

En el camino hasta este pueblo no se ve ningún rastro de la existencia de un ramal ferroviario. Por lo que tengo entendido, la ruta provincial 72 corre sobre la traza que ocuparan las vías en otros tiempos.
Ninguna construcción ferroviaria pudimos ver en el lugar. De la estación habilitada en diciembre de 1910 solo queda uno de sus carteles que está ubicado sobre la ruta.

Cartel de la estación emplazado sobre la ruta.

La lápida debería decir: “Aquí existió una estación de trenes de primera categoría”.

Orense – Km.553,9 (Ex. F.C. Sud // Gral. Roca).

Continuamos por RP 72 y a 16 Km (sin ningún elemento ferroviario a la vista) llegamos a Orense, ya en el partido de Tres Arroyos.

Cartel sobre la Ruta Provincial 72, con colores nuevos.

Lo primero que llama la atención al llegar a Orense es el tanque de agua y la manga por la cual se abastecía a las locomotoras. Del edificio de la estación no quedan rastros.

Único rastro del paso del ferrocarril por Orense.

Cruzando la ruta aparece la imagen de un gran galpón, ubicado al lado de un grupo importante de silos, que tiene toda la apariencia de haber pertenecido al ramal. Al llegar al mismo, nos encontramos con el señor Alfredo que justo ingresaba al lugar, quien nos contó varias cosas de la zona. Entre ellas nos informó que el galpón en cuestión perteneció a la firma Bunge y Born quien contaba con un desvío desde la estación, lo cual explica no haber sido desmantelado con el levantamiento del ramal.

Además se lamentaba por la desaparición del edificio de la estación, lo cual compartía con gran parte de los habitantes del pueblo. También nos contó que había un señor llamado Javier Ruiz, que tenía fotos e información sobre Orense. Llegamos hasta su comercio de venta de pasajes de micro y nos mostró una reliquia que aquí compartimos.

Estación de Orense, con las imperfecciones de estar en un cuadro. (Foto gentileza del Sr. Javier Ruiz).

Hacia 1910 llegó el tren por estos pagos. La estación fue construida en tierras donadas por Angela Santamarina de Temes, hija de Ramón Santamarina. El nombre elegido fue en homenaje al lugar de nacimiento de este hombre en su España natal.

Vista del galpón perteneciente a la firma Bunge y Born.

San Francisco de Bellocq – Km.574,1 (Ex. .F.C. Sud // Gral. Roca).

A 20 km de Orense se encuentra una importante estación del ramal, Bellocq, la que se encuentra en buen estado por funcionar en su edificio un jardín de infantes.

Cartel de la estación ubicado en una plaza al ingreso de la localidad.

Si bien a la vieja estación se le nota el paso del tiempo, guarda ese porte imponente que tienen algunas estaciones del Ferrocarril Sud. La galería está cerrada con rejas y en la zona de vías se construyó un circuito para que los niños aprendan educación vial.

Vista del edificio de la estación San Francisco de Bellocq.

La línea Orense – Copetonas se inauguró el 19 de agosto de 1929, tomándose esa fecha como fundación del pueblo, si bien ya existía un asentamiento en la zona, donde sobresalía el establecimiento agropecuario San Francisco, de propiedad de la familia Bellocq, quienes donaron las tierras para formar la estación.

Galería de la estación, hoy patio del jardín de infantes “Cascabelito”.

Como es una constante en el recorrido del ramal de la costa, hoy S. F. de Bellocq tiene hoy 547 habitantes (censo 2001), cerca de la mitad de los habitantes que supo tener en las épocas del apogeo ferroviario. Su población decreció un 19,3% en 10 años, lo que lo pone como poblado en riesgo de desaparición.

Tiempos modernos, sanitarios con parrilla incluída.

Aquí terminó la primera parte del viaje, lo que nos quedaba por delante era todo de tierra.

 

Lin Calel – Km. 594,1 (Ex. F.C.Sud // Gral. Roca).

Comenzamos la segunda parte tomando por RP 72 hacia la izquierda (viniendo de Claromecó). La traza de la ruta abandona definitivamente el asfalto, salvo un pequeño tramo entre Copetonas y Oriente. Pegado a la ruta corre un camino de tierra marcado sobre lo que otrora fue el terraplén del ramal, además pueden verse varias bases de los puentes que cruzaban los arroyos de la zona.

Bases del puente sobre el Arroyo Claromecó (o Tres Arroyos). En recuadro el terraplén usado como camino alternativo a la RP 72.

A 18 Km nos encontramos con el pequeño poblado de Lin Calel y su estación, que sigue el estilo arquitectónico de San Francisco de Bellocq.

La estación rodeada de mucha vegetación que le da un aspecto de abandono pese a que en ella funciona una capilla.

Fundado en 1929 con la llegada del tren, el primer nombre del pueblo fue Claromecó, luego cambiado al actual para evitar confusiones con el lugar en que se asienta el balneario (aun hoy se advierte en los carteles de la estación los dos nombres). Lin Calel significa “carnes blancas” en el lenguaje de los habitantes originarios de estas tierras.

Cartel de la estación, registro de la existencia de sus dos nombres, Claromecó y Lin Calel.

Visto desde afuera la construcción se mantiene en buen estado, solo se nota que la vegetación ha avanzado sobre la galería. En cambio en su interior la mitad de la estación está abierta y allí se nota que ha sufrido el accionar del tiempo, el descuido y los vándalos. La restante mitad, del lado de Copetonas está cerrada debido a que allí funciona la Capilla de Nuestra Señora del Rosario.

Galería avanzada por los yuyos. En recuadro acceso a la capilla.

A excepción de la estación solo los sanitarios quedaron de lo que fue el predio del ferrocarril.

Copetonas – Km. 612,6 (Ex. F.C. Sud // Gral. Roca).

 

A medida que pasaba la hora y el sol se posicionaba más alto en el cielo, no solo aumentaba la temperatura sino también el polvo del camino. Justo es destacar que los mismos están en buen estado, quizás un poco duros, pero bueno, dos meses sin lluvias no pueden hacer milagros
A 24 km llegamos a Copetonas, pueblo que ya presenta algunas calles asfaltadas y su estación ocupada por la Patrulla Rural.

Vista desde el exterior del edificio de Copetonas.

El edificio vuelve al estilo más pequeño de construcción, del tipo de Energía o Santamarina, y está muy bien preservado pese a algunos retoques en los tanques de agua y algunos caños que se encuentran a la vista en un lateral del mismo. Frente a la galería crecieron algunas plantas que impiden un poco la vista desde el frente de la estación.

Copetonas, estación de primera categoría, inaugurada en 1912.

En sus épocas de esplendor, Copetonas contaba con desvíos particulares, entre ellos el correspondiente a Bunge y Born y a la Cooperativa Agrícola.

La galería presenta algunas placas de bronce que corresponden a la Patrulla Rural que reside en el edificio.

En 1991 Copetonas presentaba  1.149 habitantes. El origen del nombre tiene tres versiones: la primera hace referencia a la cantidad de perdices copetonas que existían en el lugar; la segunda apunta al hundimiento de un barco en la zona de las playas de Reta y la tercera se relaciona con la adaptación del nombre del puerto africano de Ciudad del Cabo (Cape Town).

Arriba se aprecia un monumento erigido en honor a un poblador sobreviviente del hundimiento del Crucero Gral. Belgrano y la placa correspondiente. Abajo se aprecia el estado de los sanitarios y el cartel de la patrulla rural.

Cartel de la estación ubicado en la ruta hacia Oriente.

Oriente – Km.626,7 (Ex. .F.C. Sud // Gral. Roca).

Para llegar desde Copetonas hasta Oriente teníamos dos opciones. Por tierra siguiendo de cerca lo que alguna vez fueron vías o por asfalto. Tomamos esta última alternativa, resignando el puente sobre el Río Quequén Salado pero facilitando a mi hijo Martín la cebada de mate mientras nos movíamos por la ruta entrando en el partido de Coronel Dorrego.

Tanque y toma de agua con cartel de la estación. Un combo perfecto.

Estación de primera, habilitada el 14 de diciembre de 1911 para pasajeros, cargas, hacienda, encomiendas y telégrafo.  Contaba con desvíos de la Cooperativa Agrícola.

El edificio de la estación de Oriente y su lucha contra el paso del tiempo.

El nombre de esta estación fue puesto por el FC Sud en atención al Sr. Justo de la Lastra, dueño de la Estancia El Oriente.
El último censo realizado en el año 2001 dio una población de 1.976 habitantes, con una disminución el 7,7% respecto al anterior, lo cual lo pone en riesgo de desaparecer.

Vista lateral donde se notan algunos problemas en el techo de la galería y una parrilla agregada a la estructura.

El lugar es utilizado para realizar algunos eventos que permiten recaudar fondos para entidades y escuelas del pueblo. De ahí se desprende la gran parrilla que ha sido incorporada al edificio de la estación.

Vista exterior del edificio con un viejo pupitre de escuela al lado de la puerta.

Arriba, imagen de la fuente y galería de la estación. Abajo, lugar en el que se ubicaban las ya inexistentes palancas y vista de los sanitarios.

Zubiaurre – Km.640,1 (Ex. F.C. Sud // Gral. Roca).

Eso de que del polvo venimos y al polvo vamos es cierto para seguir este viaje. Apareció nuevamente la RP 72 de tierra. El camino aquí se hace más duro y con mucha piedra suelta. Ya nos habían informado en Oriente que de Zubiaurre no quedaba casi nada… ¡¡¡y cuánta razón tenían, lamentablemente!!!…

Esto se ve al ingresar al predio ferroviario… sin palabras.

La estación tomó el nombre de Benjamín Zubiaurre, propietario de las tierras donde alguna vez existió una estación de primera categoría del FC. Sud.
En el lugar solo quedan en pie los dos carteles de la estación, una casa enfrente de ésta, y la escuela Nro. 14 “Gabriela Mistral”. Aparte de eso, solo vacas pastando en el andén y ex vías del ferrocarril.

El cartel se mantiene gallardo, como evitando el olvido inexorable.

Gil – Km. 662,9 (Ex. .F.C. Sud // Gral. Roca).

Seguimos adelante lamentándonos por lo que habíamos dejado atrás. El camino definitivamente era un polvaderal insoportable y el calor ya apretaba de lo lindo. Circulamos pegados al terraplén de lo que fue el ramal de la costa los 13 km que nos separaban de nuestro próximo destino, la estación de Gil.

Vistas del camino entre Zubiaurre y Gil. Estado del terraplén, bases y cruce con la ruta.

Al llegar al pueblo notamos que la ruta corre entre la estación y lo que fueron los galpones. Pensamos que el edificio estaba ocupado, ya que se observaban corrales e instalaciones para la cría de animales y muchas ovejas dando vueltas por todos lados. Además se veía una gran antena ubicada en la parte posterior de la estación.
En definitiva estaba abandonada… de gente y de cuidados…

Estación Gil, polvo y recuerdos.

La estación Gil fue inaugurada el 14 de diciembre de 1911. Tenía categoría de primera, y prestaba servicios de cargas, pasajeros, encomiendas, hacienda y telégrafo. Su nombre recuerda a la dueña de las tierras, Margarita M. de Gil.

Cartel, tanque, molino y viviendas ferroviarias. Todo en uno.

Como en todo el resto del ramal, los galpones fueron desarmados y llevados para ser utilizados en otros ramales, tal lo dispuesto en el Decreto 5.661/85, que en su artículo 7° decía: “Ferrocarriles Argentinos transferirá a la Provincia de Buenos Aires como pago por los bienes que se le transfieren por el presente el dominio y/o todos los derechos y acciones que le corresponden en los inmuebles que se detallan a continuación. Terrenos y mejoras correspondientes al ex ramal Dorrego – Defferrari sector de doscientos dos km. Los galpones de cereales existentes serán levantados por la Empresa a fin de ser instalados en otros sectores de la red de explotación”.

Aquí estuvieron ubicados los galpones de Gil, como se ve la ruta pasa por el medio del predio.

Galería de la estación. Puede apreciarse en todas las tomas el polvo suelto que hay en la zona.

Faro – Km.667,3 (Ex. .F.C. Sud // Gral. Roca).

Salimos de Gil para desandar los 15 km que nos separaban de la próxima estación, Faro. Notamos que ya el camino no corría al lado del terraplén, por lo que supusimos que estábamos circulando directamente sobre él. Pronto lo confirmamos…

Un durmiente y una alcantarilla en pleno camino.

Llegados a Faro, nuestro Gol azul (que a esa altura ya era gris) accedió directamente al andén de la estación, como tantas veces lo habrán hecho las locomotoras.

El cartel de la estación y al fondo el edificio junto al camino. A la derecha el pueblo.

Faro es un pueblo que hacia el año 1991 contaba con solo 26 habitantes. Como todas las estaciones de la línea fue de primera categoría y habilitada para todos los servicios a partir del 14 de diciembre de 1911. Está en un estado muy precario de conservación, supongo que el hecho de estar pegada al camino y a unos 500 metros de las viviendas favorece el acceso a manos anónimas y no muy bien intencionadas.

El edificio de Faro está en un total estado de abandono.

El nombre del lugar hace referencia al Faro Recalada, que se encuentra a poco más de 30 km del lugar, en la zona de Monte Hermoso.
Se nos complicaba sacar fotos, ya que mientras estábamos en el pueblo pasaron un par de camiones que nos taparon de tierra, la cual quedaba en suspensión y dificultaba la realización de las tomas fotográficas.

La galería, al igual que el interior y las dependencias están en un estado lamentable.

Arriba, la fuente que ya no está y los sanitarios. Abajo, vista del edificio desde el monte que está detrás y uno de los carteles rotos.

Así fuimos dejando atrás la estación de Faro, contentos por haber cumplido con las expectativas que teníamos y sobre todo porque ya estábamos cerca de la Ruta Nacional 3 y de su asfalto sin polvo. Lástima que esos últimos 15 km de tierra fueron los que peor estado presentaban, con pozos, piedras y demás.

Coronel Dorrego – Km. 605,6 (Ex. F.C. Sud //Gral. Roca).

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Van las fotos de despedida de Dorrego, dejando constancia que este relato es de un aficionado y a la vez apasionado del ferrocarril y de sus pueblos, por lo tanto no tiene carácter de ciencia exacta, es decir, disculpas por cualquier error cometido.

Distintas imágenes de Cnel. Dorrego.

Dorrego, final del camino comenzado en Defferrari. Ramal de la Costa.

Llegamos así al final del ramal en Coronel Dorrego con esa sensación linda de haber conocido gente y lugares apacibles y con mucha memoria ferroviaria. Pero por otro lado con ese sabor amargo de ver cuánto hemos perdido en esta materia.

La discusión eterna es si estos pueblos recorridos por el ramal de la costa comenzaron a desdibujarse junto al adiós del tren o pese a todo estaban condenados por otros factores. Lo real es que desde 1961, año de la clausura del ramal, muchos de éstos están en peligro de desaparecer debido a la merma en la cantidad de habitantes y de posibilidades económicas sustentables.

Fuentes consultadas:

  1. Manual de Estaciones 1958.
  2. Argentina Paso a Paso – Ed. Planeta.
  3. Organización Responde.
  4. Plataforma 14 : Ramal de la Costa – Parte I – 2001

Texto y Fotos: Marcelo Bucci, excepto Estación Orense de Javier Ruiz.

Para: Plataforma 14 – Buenos Aires – Enero 2008

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