Vergara

Estación.

Ramal de 2da Categoría.

Habilitada para: Pasajeros y Equipaje, Encomiendas, Cargas, Telégrafo, Hacienda.

Ramal: Rufino de Elizalde – Lezama.

(Datos: "Manual de Estaciones" – Año 1958).

 

Este nombre se debe a que las tierras en que se construyó la Estación, en el Partido de Magdalena, Provincia de Buenos Aires, eran propiedad de D. José Vergara, antiguo colonizador de la zona. Cabe hacer notar que un Juan de Vergara, adquirió en este Partido la Estancia Isla del Gato en el año 1619. El vocablo isla se relaciona con una lomada y un monte de árboles.

(Datos: "Significado de la nomenclatura de las estaciones ferroviarias de la Republica Argentina" – Autor: Enrique Udaondo - Año 1942).

 

 

Hice los varios kilómetros hasta Vergara por caminos de tierra en buen estado.

Cruzándome apenas con algún gaucho a caballo, hasta llegar a Vergara, donde el Pueblo es minúsculo, con un Colegio, Almacén y canchas de paddle.

La Estación es una construcción provisoria, pero de un tipo distinto a todas las demás que se aprecian en la zona.

Quizás al ser un punto de importancia es que se decidió optar por este nivel de construcción, aunque me llama la atención la ausencia de una construcción definitiva.

El predio consta con un Galpón, Sanitarios, Tanque, y muchos vagones acondicionados a modo de… casillas de Vía y Obra? Quizás, no me queda claro. La mayoría está en ruinas.

 

 

  

 

  

 

  

 

  

 

 

Kilometro 121

Apeadero.

Ramal de 2da Categoría.

Habilitado únicamente para subir y bajar Pasajeros. El equipaje que no sea bulto de mano, deberá ser cargado o descargado, según el caso, por el interesado directamente en el furgón.

Ramal: Rufino de Elizalde – Lezama.

(Datos: "Manual de Estaciones" – Año 1958).

 

 

Seguí viaje y tomé un desvío tenebroso, el cual debía llevar hasta el Puente sobre el Río Samborombon.

Y no me equivoqué, el camino estaba en mal estado pero el Gol lo soportó.

Allí había varios pescadores acampando, al abrigo del imponente puente, o lo que queda de él (los pilares de cemento).

Caminé unos cientos de metros por el difícil terraplén en altura (con mucha vegetación) en busca de algún resto de lo

 que fue la parada Kilómetro 121, aunque no pude divisar ni un rastro.

De vuelta al auto me despedí de los pescadores y retomé la autopista de tierra para dar el rodeo que cruza el Río

 Samborombon (por la Ruta 20, aquí de conchilla).

 

 

  

 

  

 

 

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