Dos semanas en la vía - enero 2011. // Parte 10.

Seguimos en La Dulce. Fui nuevamente a la estación, donde encontré al delegado municipal, William Kun, quien se ofreció a abrir el edificio y mostrarme el "museo" (es básicamente, los aparatos staff, el resto son cosas viejas que fue llevando la gente del pueblo).

El delegado me dio la dirección del historiador Julio Maya, a quien fui a ver. Este primero me recibió con cierta suspicacia, pero después me dijo "vuelva a las 13:30". Bueno, aproveché el tiempo para ir a almorzar al Club Ideal Progresista.

13:30 en punto estaba en casa de Julio Maya. Me hizo pasar a su biblioteca y empezó a buscar material para mi. Yo pensé que no tenía nada, pero de a poco fueron apareciendo algunas cosas. De vez en cuando se agachaba para revolver cajas y decía "esto le va a interesar". Finalmente, juntó tres o cuatro libros antiguos y me los dio para escanear en la Fundación.
 

Les adjunto el material:
 

página del libro Aspectos generales de Necochea, 1931 (En el cincuentenario de Necochea). Hay 2 fotos de la estación Necochea

 de un libro de 1913 s/título, s/tapa. 1 foto de la inauguración del servicio de trenes a Necochea

del mismo libro, 2 fotos de la construcción del puerto de Necochea, sobre el río Quequén Grande

Tres cositas más de Julio Maya, el historiador de La Dulce.

Sin título (estación Lumb) y Claraz, ambas del libro de 1913 que ya les comentaba.

Después, Sin título 2, una página del libro Cincuentenario de Nicanor Olivera (Est. La Dulce). 12 de abril. 1908-1958con una vista del cartel de la estación en primer plano

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De La Dulce quería volver a San Cayetano vía Lumb, para inspeccionar un poco el puente caído sobre el Quequén Grande, pero el camino estaba todavía inundado a pocos metros del cruce de Juan N Fernández con la ruta 86 por la fuerte lluvia caída a la madrugada. Volví entonces al acceso a La Dulce, siempre sobre la ruta que va a Necochea, y tomé el camino de tierra en dirección opuesta, hacia Lobería.

El camino va paralelo a la vía y al cabo de unos pocos km -todo tosca- se llega al río Quequén Grande, donde el ferrocarril construyó un puente que aún se conserva. Es el que los lugareños llaman Puente Negro, en oposición al Puente Blanco, por donde la ruta 86 cruza el mismo río.

El puente ferroviario era originariamente de un solo tramo cerrado, como pueden observar en la foto 2. Muy dañado durante la gran inundación de 1914, el Ferrocarril Sud tuvo que agregarle los dos cajones, que ven en la foto 1. 

Me mandé al terraplén para intentar llegar al puente, pero estaba muy crecido con cardos y yuyos y tuve que bajar y contentarme con admirarlo de lejos...

 

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