De paseo con el Nono

De paseo con el Nono – Viaje en Coche Motor a General Alvear.
Línea General Roca - Enero 2012

Tarde noche de un viernes de enero, los integrantes de Plataforma14 nos subíamos a recorrer un ramal activo y en tren. Días antes habíamos pergeñado el viaje, porque no viajar en tren y sobre un ramal aun activo, y que más lindo que en coche motor.
Así que todos nos reunimos en una bulliciosa Plaza Constitución a la espera del Nohab de las 20:25 (se trata del Tren n° 381). Así fue que al llegar la hora se nos arrima por la plataforma12, el viejo coche motor Nohab, que ya tiene interminables batallas en Portugal y ahora aquí en Argentina, nos esperaba ronroneando cálidamente.
A la hora de partir, subimos como colegiales en viaje de egresados y nos ubicamos copando el sector de primera clase (las mejores butacas) y partimos en medio de un clima de agobiante calor, con lo que nos despedía Plaza C.

Ya en viaje, pasábamos por las estaciones del Servicio Local, Hipólito Yrigoyen, Avellaneda, Gerli, Lanús, Remedio de Escalada, Banfield, Lomas de Zamora, para llegar finalmente a Temperley, donde hace cambio de yunta de conductores.

Ya nuestro amigo coche motor, estaba bien cargadito de gente y ahora si emprendemos la aventura cruzando nuevamente estaciones de la sección local de la LGR. Con su lento traqueteo llegamos a Cañuelas. Ya adentrada la noche y con olor a lluvia, Cañuelas nos esperaba un poco más fresca. Salimos de la misma y en poco tiempo nos detuvieron un buen rato en el empalme con la vía a Lobos. Rodeados entre tolvas del Ferrosur, esperamos a que nos dieran vía libre, mientras tanto, la lluvia, ya presente, golpeaba con fuerza los vidrios y mojando todo en el interior del coche. Lluvia tropical que le dicen, porque al rato de entrar en marcha la misma había amainado.

Con buen ritmo llegamos a Uribelarrea, pequeña parada y seguimos hasta Empalme Lobos. Rato después nos encontrábamos en Lobos en la cual hubo un interesante intercambio de pasajeros. La noche se iba despejando y el coche motor se trasladaba con un suave andar en el ramal. Paramos cerca de la vieja parada Fortín Lobos, sobre el paso a nivel que está cerca del mismo para que desciendan pasajeros. En el horizonte veíamos los relámpagos de la tormenta que habíamos superado aunque adelante el cielo seguía plomizo. Parábamos en todas las estaciones, Salvador María, Roque Pérez, Del Carril, Cazón. Algunas iluminadas, otras totalmente iluminadas por las luces del interior del coche motor, pero seguían cumpliendo su función de esperar a los pasajeros.

Y llegamos al punto intermedio más importante. Saladillo, con un coche motor a pura bocina, así y todo tuvo que aplicar freno de emergencia ya que en un paso nivel donde había mucho movimiento, algún desprevenido paso con su vehículo sin mirar. También vimos el coche motor que salió una hora antes y que su viaje terminaba allí en la vía auxiliar. Nos sorprendió la estación de Saladillo, bien iluminada y llena de gente, aquí se sube uno más de nuestros integrantes para acompañarnos hasta el final del viaje. Entre charlas y algo de sueño, seguimos viaje. Paramos en La Barrancosa (totalmente a oscuras) y J.M. Micheo (de igual situación). El viaje en este trayecto fue rápido, las vías no se notan tan “arruinadas” para este viejo amigo que nos anida y nos lleva sin sentir las imperfecciones, haciéndonos llegar con casi una hora de adelanto a

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